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Conciencia ante la alga que ha invadido los litorales andaluces

David Salvador

 

Científicos y cocineros colaboran para alertar y buscar soluciones gastronómicas ante la plaga de una alga invasora.

“Tomar conciencia para actuar, para saber a qué nos enfrentamos”. Los científicos Fernando G. Brun y José Lucas Pérez Lloréns, catedráticos ambos en la Universidad de Cádiz, y el cocinero David Chamorro han ilustrado este martes sobre la Rugulopteryx okamurae, “la alga con la invasión más rápida y negativa que hayamos visto”. Conocida como “roña” entre los pescadores, ya ha ocupado el litoral marítimo andaluz, y “dentro de poco ocupará gran parte del Mediterráneo”, explicaba Lloréns. Una alga invasora, cuya alta tasa de crecimiento, facilidad de dispersión e inexistencia de depredadores hacen que se convierta en “muy peligrosa”, y que se ha convertido en predominante en la zona reduciendo los niveles de diversidad. “Un peligro que pone en jaque la sostenibilidad ambiental, económica y social”, sentenciaban. El Encuentro de los Mares alertaba.

La Rugulopteryx Okamurae es una alga nativa del Pacífico entre Japón y Corea que llegó a Europa en 2002 con las aguas de lastre de los barcos. Fue en Francia donde primero se descubrió, aunque sin carácter invasor, carácter que sí ha tenido en su presencia en el Estrecho, donde llegó en 2016 para acabar ocupando, a día de hoy, prácticamente el 100% del fondo marino. “Las invasiones no son nuevas en el Estrecho pero el ecosistema se debilita con cada invasión. Además, no hemos tenido ninguna tan invasiva como ésta”, explicaba Lloréns.

“No se sabe por qué tienen esa capacidad invasiva, pero la tienen y destruyen todo lo que encuentran a su paso”, evidenciaba Brun. Es así, pormenorizaban, por su capacidad citotóxica, lo que hace que puedan matar a otras especies en menos de 24 horas”. Un problema medioambiental que se convierte en económico, por ejemplo, por los recursos necesarios para retirar las algas de playas y costas o el perjuicio para el turismo, por ejemplo.

¿Qué podemos hacer?

“Concienciar”. Lloréns y Brun alertaban. “No podemos hacer mucho. No tenemos capacidad técnica ni económica”. No obstante, sí aconsejaban “que se habla de ella, que la gente la conozca para evitar que llegue a otras zonas. Si no alertamos, puede convertirse en hegemónica en el Mediterráneo. Se debe formar a los técnicos encargados de vigilarla y a las personas que viven cerca del mar para que sepan reconocerla”, aconsejaban.

Además del monitorizaje y del programa de sensibilización, que el Encuentro de los Mares ha iniciado, “podemos ayudar a luchar contra esta plaga dando valor económico a la especie”, explicaba el que fue mano derecha de Ángel León en Aponiente. Ya la tiene en farmacológica (por su capacidad citotóxica) y también se usa como combustible. Usarla como ingrediente gastronómico era el capote que lanzaba el Encuentro a los cocineros.

David Chamorro lo había cogido, y en su Food Idea Lab ha desarrollado varias aplicaciones “teniendo en cuenta sus sabores marinos, primero, y amargos y picantes después. Parece que es una alga que no quiere ser comida”, explicaba. Igualmente, ha trabajado con ella principalmente por su capacidad picante (“poco encontrada en el mar”) elaborando una sriracha y un tabasco de nombre “Tabanco” en homenaje a las típicas tabernas jerezanas. Chamorro también las ha deshidratado y hechas en polvo, y hasta ha elaborado una angostura (“Algae Hot Bitter”), un destilado alcohólico (“Agua de lastre”), una soda y un rebujito.

“Son productos que pueden servir a la industria gastronómica, pero sobre todo son productos que colaborarán seguro para evidenciar un problema grave. Es nuestro granito de arena en su lucha”. Su conocimiento, el del Encuentro de los Mares.

 

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