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Javier Garat: “Los pescadores españoles siguen muchas reglas pero hay terceros países que hacen lo que quieren”

 

El secretario general de la Confederación Española de Pesca ha pedido que se gestione bien la pesca “pero que continúe, porque si no la gente va a pasar hambre”. El patrón de pesca ha recordado que no son “los malos de la película”.

La población mundial está creciendo “y necesita ser alimentada saludablemente. Así que se necesita el pescado y alguien que lo pesque”.

 

“La pesca es una actividad esencial y estratégica. Sin ir más lejos, hasta Dios cuando se hizo Hombre eligió a sus amigos entre pescadores”. Con esta declaración de intenciones ha comenzado su intervención una de las figuras del III Encuentro de los Mares, el secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, quien ha lanzado un grito de ayuda a un sector “perseguido y señalado, pero que juega un rol vital en la alimentación futura de la humanidad”.

 

Garat ha repasado el estado de la pesca en España -con cerca de 6.000 buques faenando activamente- aunque como presidente también del Comité Consultivo de Pesca y Acuicultura de la UE ha hablado en medida mundo, “donde 880 millones de personas dependen de la cadena de valor de la pesca”. Sector que, junto a la acuicultura, constituye el medio de vida del 10-12% de la población mundial. La pesca marina emplea directa o indirectamente a más de 200 millones de personas, un 47% de ellas, en el caso de la pesca artesanal, son mujeres.

 

Eran datos globales, aunque la charla del español iba de sostenibilidad y futuro, con una “frase que quiero dejar clara: La pesca es parte de la solución. Consigue una proteína saludable, un superalimento natural con muchos beneficios para el organismo y que produce serotonina, o sea, felicidad”. El pescado, además de formar parte de una de las actividades que menos emisiones de CO2 produce, “representa el 20% de la proteína animal consumida diariamente por 3.100 millones de personas”, cuyo número está creciendo “y necesita ser alimentada saludablemente. Pasaremos de 7.300M de habitantes en 2020 a 10.000M en 2050, por lo que la producción de alimentos deberá aumentar en los próximos años un 70 %”, indicaba. “La solución sostenible: el pescado”.

 

Un sector clave para Garat y “que debe ser sostenible gracias a la colaboración de los pescadores con los científicos y el trabajo mediante stocks gestionados”. El técnico anunciaba que, según el Informe Sofia 2020 de la FAO, “el 65,8% de las aguas internacionales están bien explotadas, por lo que podemos estar contentos aunque debemos seguir trabajando para que sea el 100%. La realidad es que con controles y medidas buenas de gestión la pesca sigue siendo sostenible”.

 

La modernidad en las artes “ha permitido mejorar la pesca y hacerla más sostenible, no indiscriminada. Se está trabajando mucho pero la gente lo desconoce, y nos culpa. No es justo”, reivindicaba. Un ejemplo del trabajo llevado a cabo por el sector pesquero es el Blockchain, “que nos ha permitido mediante monitorizaje llevar la trazabilidad del pescado desde el barco hasta la mesa, o soluciones digitales como la que ofrece Satlink, con información oceanográfica y meteorológica para saber exactamente dónde están los peces y efectivizar la pesca”.

 

Otras de las últimas tecnologías aplicadas son los sónares avanzados, las Eco sondas (buscadores de peces) o los sistemas de seguimiento de capturas “que han permitido digitalizar los barcos optimizando la eficiencia de sus operaciones, incrementando la seguridad y mejorando también la vida y el bienestar a bordo”. La tecnología también ayuda a mejorar en sostenibilidad por ejemplo con el uso de las boyas inteligentes, una tecnología innovadora que permite ahorrar combustible y emisiones de CO2, mejorar la gestión de los stocks y de la actividad pesquera y “aumentar la transparencia para los observadores”.

 

Con eso, Garat quería defender el trabajo realizado por el colectivo pero también demandaba: “Aquí seguimos muchas reglas pero hay flotas de terceros países que hacen lo que quieren, No puede ser. Debe haber reglas para todos”. También aprovechaba para apremiar a las organizaciones gubernamentales “a que trabajen con criterio. Por limar las conciencias medioambientales no se pueden arruinar sectores como el nuestro”.

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